lunes, 21 de enero de 2013
Cartas de indignación
Hoy la protagonista de mi historia ha sido una mujer, en lo que respecta a la empresa VITRASA y mi hija de 12 años. Una niña que coge asiduamente el autobús para ir al instituto. Suele pagar con la tarjeta del autobús, o en su defecto, con dinero en efectivo que siempre lleva consigo, por si acaso. Hoy le hizo falta ese dinero en efectivo. La tarjeta del autobús no tenía saldo y sacó sus monedas de su cartera para pagar, con tan mala suerte, que una moneda de 20 céntimos se le cayó debajo del mostrador de la conductora. La propia chófer le comunicó que le había caído una moneda. Mi hija, al no encontrarla, le dijo que no le llegaba lo que le quedaba suelto. La mujer entonces, le responde “eso se dice antes” y la echa del autobús, a 200 números de donde la recogió, cuando aún es de noche, y sin medios de comunicación con ningún adulto. No me gusta la comparación, pero tengo que reconocer que obró como si se tratara de un perro. Me pregunto hasta dónde puede llegar la alexitimia de algunas personas ante esa incapacidad de pensar con algo más que con su propio bolsillo, sin medir en las responsabilidades que pueden surgir después de un suceso como este. Es que acaso pensaba que se trata de una niña abandonada que no tiene respaldo ninguno de un adulto? Porque no llego a comprender ese abuso de poder ante una niña, para más inri, con una minusvalía cognitiva y de sus funciones ejecutivas. Y si no sabe pedir ayuda en ese momento? Hasta qué punto se llegan a bloquear algunos niños sin ningún tipo de merma cognitiva en esos momentos como para pensar hasta dónde pueden llegar estos otros que sí la tienen? Y no me vale la excusa de disponer de este dato, ya que hay que tratar a tod@s l@s niñ@s por igual, para hay una ley de defensa al menor. Hasta dónde puede llegar esta falta de civismo y de humanidad por parte de algunas personas? Es que un cerebro adulto no puede llegar a conclusiones más eficaces y menos drásticas y extremistas para solucionar una situación como esta? De cuantas personas alexitímicas estamos hablando en estas letras? Contamos también al chófer de VITRASA que en su sede, al verme cabreada, junto a sus compañeros, me daba el perfil, riéndose por mi indignación? Cuando les digo que lean mi queja para que no vuelva a ocurrir, la señorita que me ha atendido se echa encima de mí, diciéndome que ellos no tienen la culpa de lo que ha hecho su compañera. Es que acaso le ha ofendido que yo le haya dicho simplemente que leyeran mi queja? ES que unos adultos como ellos no disponen de capacidad suficiente para poder hacer frente a esa situación, cuando aunque alterada, no les he faltado el respeto en ningún momento? Si esto es así, cómo debo de entender el trato a mi hija? Como un abuso de poder? DENIGRANTE! Si estos adultos no pueden gestionar una situación donde una madre cabreada les dice que se tomen la molestia de leer mi queja para que no vuelva a suceder, qué debe de hacer una niña que se queda tirada y sola en una calle oscura a 200 números de su casa, con una disfunción en sus funciones ejecutivas?. De verdad se iba a hacer cargo tanto VITRASA como esta chófer de la línea C5B de las consecuencias de lo que le pudiera pasar? Aún estoy esperando una respuesta.
Esta enfurecida carta ha sido publicada hoy en el Facebook que Vitrasa pone a disposición de los pasajeros por una tal María Muñoz. Paso a comentar varios detalles (negritas mías)
- La señora afirma que a la niña de 12 años la dejaron a unos 200 números de distancia de donde la dejó. Conociendo el recorrido de la línea C5B supongo que sería en Sanjurjo Badía, única calle con más de 200 números (209 en los impares y 272 en los pares) que atraviesa esta línea. La niña se pudo subir en cualquiera de los extremos de dicha calle (o en la parada de García Barbón más próxima a Sanjurjo Badía)
- La alexitimia es la incapacidad de una persona identificar las emociones propias y darles expresión verbal. Lo digo por si alguien no lo sabe.
- La señora fue a Vitrasa a quejarse, y la señora que le atendió dijo que no era responsabilidad suya. Pero sí lo es pasar las quejas al director, al encargado, o a quién sea para que sea resuelta.
- No obstante, esta queja sería imposible solucionarla porque no se identifica correctamente al conductor. Solo se dice que se trata de la línea C5B y que es una señora, lo cual es decir muy poco. La línea C5 (da igual C5A que C5B porque cambian en Buenos Aires) tiene 14 conductores todos los días, y además cualquier día puede cambiar el conductor. Como no se dice fecha ni hora ni tan siquiera sentido no se podría resolver esta queja. No obstante, igual tiene suerte. A veces pasa, y personalmente, lo deseo.
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