Ayer a las seis y media lo que debía ser una fiesta en el Colegio Carmelitas acabó en accidente. Un estudiante de este colegio, de 14 años, y controlado por profesores del centro, cruzó indebidamente por el paso de cebra que hay frente al número 61 de la calle Pi y Margall. Y digo indebidamente porque el semáforo estaba en rojo para los peatones.
Y el chaval tuvo la mala suerte de que en ese momento, pasaba el Vitrasa 556, que ese día estaba en el C3, y lo atropelló. El chaval aún pudo salir de la calzada por su propio pie, pero sufrió lesiones graves. Además, el conductor del autobús tuvo que ser atendido por una crisis de ansiedad derivada del atropello, a pesar de no haber sido culpa suya.
Accidentes como estos hacen recordar que hay que extremar las precauciones en la carretera, puesto que cualquier día podemos tener un accidente y acabar en el hospital, o peor, en el tanatorio. Desde aquí deseamos una pronta recuperación tanto para el chaval como para el conductor del autobús, e instamos al personal docente del colegio Carmelitas que no se descuiden ni un momento, que si te das la vuelta los críos hacen lo que les da la gana y a veces pueden pasar cosas como esta.
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