La Voz de Galicia revela hoy uno de los grandes misterios en Vigo del 2013, y es el pacto al que llegó el alcalde con Vitrasa para congelar el precio del billete para 2013 y no subir los 5 céntimos previstos según la fórmula polinómica secreta. Hay que recordar que a finales de 2012 el BNG chantajeó al alcalde con que o congelaba el billete o no le aprobaba las cuentas, y el resultado es este.
Para sorpresa de muchos, el alcalde no le estaba pagando bajo mano el dinero que Vitrasa dejaba de percibir con esta medida, si no que ha renunciado a él a cambio de que le dejen hacer recortes en el servicio.
Hay que recordar que este año el 28 dejó de prestar un viaje y la C9B acortó su ruta dejando de pasar por la calle Sanguiño entrando directamente por Rabadeira. Y en mayo de este año se realizó una encuesta a bordo de los autobuses en la que se preguntaba a donde iban los usuarios (trabajo, casa, lugar de ocio...) y una persona anotaba cuantas personas se bajaban y se subían en las paradas. Esta encuesta debía tener como fin comprobar donde se puede meter la tijera sin que se note mucho.
Y los resultados están plasmados en un informe el cual está en manos del ayuntamiento para su próxima aprobación. Se han revisado los viajes y se va a recortar sobre todo a primeras horas de la mañana y a últimas de la noche, especialmente los fines de semana. Esto quiere decir que cualquier viaje que se realice entre las 5:00 y las 7:00 y a partir de las 21:00 (y a lo mejor alguno fuera de estas franjas) es susceptible de desaparecer si solo lo usan entre alguien y nadie.
¿Supone esto un recorte en los puestos de trabajo? No parece, dadas las horas. Lo único es que los vitraseros trabajarán algo menos y cobrarán algo menos (salvo que les hagan un apaño para que no hagan huelga)
¿Y por qué se recorta? Para bajar el coste del servicio. Desde hace años el precio de mantener los autobuses funcionando aumenta sobre todo debido al aumento del precio del billete y la bajada del número de usuarios, que hace que el Ayuntamiento tenga que aportar más. No olvidemos que quien presta el servicio es el Ayuntamiento, siendo Vitrasa la encargada de prestarlo bajo concesión monopolística.
¿Y saldrá esto adelante? Se supone, no olvidemos que si no se cumple, el ayuntamiento tendrá que pagar 5 céntimos por cada billete que se haya vendido este año, lo cual asciende a cerca de 1 millón de euros (20 millones de viajeros). Y si no paga, nos vemos en los tribunales.
¿La gente protestará? La poca que use los viajes afectados desde luego, y los "ajuntos" habituales desde luego. Pero es lo que tienen estas medidas, son impopulares, pero si se toman es por algo (aunque a veces ese "algo" no es el bien de los ciudadanos, precisamente)
Por cierto, mañana y pasado los voluntarios del Banco de Alimentos no pagarán billete si le enseñan al conductor la camiseta acreditativa (con el frío que hace y les obligan a destaparse, desde luego) Si alguien es voluntario y lee este blog que aproveche.
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