Las necesidades cambian, hace diez años sería impensable que un discapacitado en una silla motorizada pudiera subir a un Vitrasa, hace veinte años era impensable que una silla de ruedas pudiera viajar en un Vitrasa que no sea el especial de los discapacitados, nacido en 1996. Y hasta hace poco las sillas motorizadas tampoco.
Y una manifestación en la parada del Santa Irene y un alcalde deseoso de ganar votos hacen que estas cosas sean posibles, y el alcalde anuncia que podrán subirse a los autobuses
Y por supuesto, gracias a un permiso novedoso, la gente subida en este tipo de sillas podrán subir a los autobuses como un discapacitado más, adelantándose a una próxima legislación estatal.
Aunque el permiso no será inmediato, es probable que en los próximos meses sea efectivo y ningún discapacitado se quedará en tierra... al no ser que falle la rampa, o sea manual y no tenga acompañante, o directamente no tenga. Pero eso será cosa del pasado dentro de un puñado de años ¿verdad?
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