viernes, 24 de junio de 2016

¿Te acuerdas...de las protestas de la empacadora?

Corría 1994 y en septiembre, como no podía ser de otra forma, Vitrasa renovó su contrato con el ayuntamiento para los próximos 25 años. El parque móvil rondaba las cien unidades, algunas de ellas, con más de 20 años a sus espaldas, en un año en el que además, dos unidades de Vitrasa habían sido destruidas en dos incendios, uno frente al cementerio de Bouzas, y otro, el 11 de mayo, en el cruce de Colón, por parte de unos manifestantes del naval.

Pero para finales de ese año, el gobierno municipal quiso levantar una empacadora de basuras en terrenos del muelle de Guixar, para sellar el vertedero municipal de Freixo, que tantos problemas traía. Y esto trajo consigo las protestas de los vecinos del barrio, porque pensaban que esa empacadora iba a traer olores y ruido. Este hecho se unía a la desconfianza que generaba el hecho de que fuera rechazada en otros lugares.

Lo cierto es que la elección del lugar se justificaba por la cercanía de las vías del tren, que permitiría llevar los residuos a la planta de Cerdeda para su tratamiento. Y la Federación de Vecinos estaba de acuerdo, dados los problemas que generaba el vertedero de Freixo. Pero no todas las asociaciones estaban por la labor. La Asociación de Vecinos de Teis estaba en contra de forma tajante porque lo consideraban una nueva afrenta al barrio, respetando la Federación su decisión, pero dos asociaciones, la del Calvario y la del Cristo de la Victoria se posicionaron en contra, vulnerando un acuerdo previo de no pronunciarse, y fueron expulsadas de la federación, abriendo una brecha dentro del movimiento vecinal.

Pero el tema se estaba saliendo de madre, y se creó una comisión de afectados. Y esta comisión acabaría protagonizando la oposición a la empacadora, primero con manifestaciones, pero luego comenzaron a cortar el tráfico de forma aleatoria sin aviso previo.

Estos hechos iban a alterar el normal funcionamiento del servicio de los autobuses, no ya por las manifestaciones, si no por el hecho de que se impedía su normal funcionamiento mientras el tráfico estaba cortado, sin aviso previo y sin que nadie se enterara hasta que algún vehículo se encontraba con el berenjenal.

(Manifestación contra la empacadora, que pilló a dos Vitrasa por sorpresa y hasta que pasaron todos los manifestantes ahí se quedaron)


Pero lo peor estaba por llegar, en noviembre las protestas ya llegaron al nivel de guerrilla urbana, con barricadas y destrozos en el mobiliario urbano, además de enfrentamientos continuos con la policía. Y el 30 de noviembre de 1994, un autobús de Vitrasa, el tercero en ese año, fue destruido pasto de las llamas. Y por supuesto, el servicio al barrio se alteraría gravemente por el riesgo de que hubieran más destrozos.

              (El Vitrasa 304 acabó así sus algo más de 20 años de servicio a los vigueses)

El conflicto se fue apagando, la empacadora se construyó, y nadie se quejó ni de olores ni de ruidos, y quedó la sensación de que el conflicto se manipuló y acrecentó para echar de la alcaldía a Carlos Príncipe. Después de las elecciones de 1995, la alcaldía pasó al popular Manuel Pérez, pero eso ya es otra historia.

(Imágenes sacadas del blog Brétemas)

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